Leonardo da Vinci: el dibujante del futuro

Se cumplen 570 años del llamado hombre universal, la primera gran mente de la ciencia moderna. Un ser adelantado a su tiempo que no deja de sorprendernos, con una creatividad privilegiada para todas las áreas del conocimiento humano.

 

 

LEONARDO DA VINCI

El dibujante del futuro

Por

C – Records

Leonardo di ser Piero da Vinci nació el 15 de abril de 1452 en el pueblo toscano de Vinci, a las afueras de Florencia, Italia. Hijo de un notario y una campesina, fue excluido de recibir educación y de ejercer la misma carrera de su padre, por haber nacido fuera del matrimonio. Siendo un niño acostumbraba coleccionar restos de animalitos, conchas marinas, hojas, flores y diferentes trozos madera. El pequeño Leonardo, con su curiosidad sin límites, se sentía maravillado al ver las estrellas y como el viento soplaba y movía las nubes en el cielo.

En 1467, cuando Leonardo tenía 14 años, se trasladó a Florencia junto con su padre Ser Piero, quien mostró los dibujos de su hijo a Andrea del Verrocchio. El artista dudó en aceptar al joven, para enseñarle diferentes materias y oficios esenciales. En 1472 el aprendizaje había terminado, Leonardo poseía conocimientos sobre carpintería, metalurgia, escayola, pintura y escultura, pero decidió quedarse más tiempo en el taller de su maestro. Así fue como comenzó a emerger en el mundo del arte, razón por la cual, quedó relacionado con los grandes artistas del renacimiento, como Miguel Ángel, Rafael Sanzio o Sandro Boticelli. Pero sus cuadernos, demostrarían que fue un ser adelantado a su tiempo, con una creatividad privilegiada para todas áreas del conocimiento humano. No existe, ni durante el renacimiento, ni en los siglos posteriores, un solo trabajo que, siquiera, pueda compararse con la obra de Leonardo da Vinci, que 500 años después no deja de sorprendernos.

En 1482 Leonardo abandonó la Florencia de los Médicis, para trasladarse al Milán de los Sforza, una ciudad que abriría nuevas posibilidades, pero sobre todo nuevos conocimientos científicos. Aquí abrió su propio estudio y enseñó, su primer gran proyecto: crear una magnífica escultura ecuestre de 7 metros. Le fue imposible de concretar la obra, debido a la guerra italiana y otras dificultades, pero en 1492 se le encargó pintar la Última Cena en la pared de un comedor del Convento de Santa Maria delle Grazie. En 1495 inicio a plasmar esta composición, captando de forma revolucionaria el momento en que, según la tradición cristiana, Jesucristo anuncia que uno de sus discípulos lo traicionará (Mateo 26:21).

La Última Cena (1495-1498), Convento de Santa Maria delle Grazie, Italia. Foto: Wikimedia Foundation

En 1498 el mural estaba terminado, pero por desgracia había empleado un método experimental, logrando versatilidad en los detalles, pero provocando un grave deterioro a largo plazo. En la actualidad podemos hacernos una buena idea de como quedó esta maravilla recién acabada. El grado de realismo en las imágenes queda eclipsado por la propia escena, un concepto tan inspirador que se convertiría en uno de los más reproducidos de la historia y no sólo de la cristiandad.

LA CIENCIA Y EL ARTE

¿Son las obras de Leonardo un complemento experimental para representar sus investigaciones científicas? Uno de sus biógrafos, Walter Isaacson, explica que la creatividad en los genios, como da Vinci, viene de esta conexión entre la ciencia y el arte, una característica que da Vinci armonizó magistralmente en 13,000 páginas de notas ilustradas con sus observaciones e ideas. Desde estudios de botánica, anatomía humana, zoología, hidrología, geología, matemáticas, física del movimiento, astronomía, mecánica, ingeniería bélica, arquitectura, filosofía, hasta ensayos sobre pintura, música y poesía.

Da Vinci era ambidiestro, su escritura hacia la izquierda ha sido motivo de numerosas teorías conspiratorias, ¿acaso intentaba ocultar la información de sus cuadernos?, el hecho de podamos conocer el contenido de sus notas deja en entre dicho esta teoría. Especialistas en grafología afirman que se trata de un sello de originalidad taquigráfico, quizás una influencia de la escritura oriental, o acaso podría tratarse de una maniobra para evitar manchar el papel, el debate sobre este misterio aún continúa. Leonardo buscó aprender y comprender el funcionamiento físico del cuerpo humano como una creación de la naturaleza. Durante aproximadamente dos décadas, continuó realizando trabajos prácticos en anatomía y disecciones en Milán, y luego en hospitales de Roma y Florencia. Según sus propios registros, disecó treinta cadáveres a lo largo de su vida.

Detalle del estudio embriológico sobre la posición del feto en el útero femenino y su desarrollo (c. 1510). Foto: © The Royal Collection Trust

Para realizar las láminas de sus cuadernos, Leonardo da Vinci utilizó técnicas como pluma, tinta, pintura y carboncillo; dando a las figuras gran precisión en los detalles. En ellas podemos encontrar una gran cantidad de conceptos que anticipan el desarrollo de la ciencia e ingeniería de la actualidad. A medida que la humanidad progresa en sus conocimientos, se descubren también nuevos aspectos que, hasta hace poco, no habían sido comprendidos y acreditan a Leonardo como el precursor de impensables avances en varias disciplinas científicas. Ejemplos de estos conceptos son notables en los siguientes ensayos que se traducen a continuación:


“Un anciano de 100 años falleció a mi lado, pero no noté ninguna señal de que algo estuviera mal en él. Hice una autopsia para averiguar la causa de una muerte tan pacífica y logré descubrir que procedía de un fallo de la sangre en la arteria que alimenta su corazón. Encontré que los otros miembros inferiores estaban muy secos, encogidos y marchitos”.

Aquí queda claro que Leonardo descubrió cómo el proceso de envejecimiento está relacionado con la degeneración de los vasos sanguíneos y en contraste con otra autopsia en un niño de 2 años, concluye:

“Los vasos del anciano son de mayor longitud, si antes estuvieron rectos, ahora están doblados. Cuando los vasos envejecen pierden la forma recta de sus ramificaciones y estas se vuelven más estrechas. Las capas se engrosan tanto que se cierran e impiden el movimiento de la sangre, de ahí surge la muerte de los ancianos sin enfermedad”.

Según los indicios, este ensayo fue escrito por Leonardo da Vinci en el año 1508 y se trata nada menos que de la primera documentación de un caso de arteriosclerosis en la historia de la medicina. Contrario a la creencia popular, la Iglesia Católica sí permitía estos exámenes de cadáveres, pero bajo una estricta regulación. Era muy común que un artista del renacimiento basara su arte en estudios de la forma cuerpo humano, pero lo que hacía da Vinci eran disecciones con un nivel de detalle extremadamente alto. En otra hoja da Vinci también describe los senos paranasales, donde sus conocimientos de hidrodinámica resultan claves para descubrir la maniobra de la Valsalva, demostrada hasta el año 1969 y además comprende la relación con el cierre de la válvula aórtica, otro misterio médico que logró ser estudiado hacia el año 1991.

A lo largo del invierno del año 1510, Leonardo da Vinci también describe en sus páginas el mesenterio, como una estructura continua de ramificaciones que convergen en el centro. Si bien, esta parte del cuerpo ya era conocida desde hacía varios siglos, se creía que podía tratarse de membranas divididas en varias partes del intestino. Así fue hasta el año 2012, cuando el Dr. Calvin Coffey, luego de seis años de estudios, incluyendo exámenes con microscopios electrónicos, demostró que efectivamente se trata de un órgano, con una estructura única y continua; como lo había descrito Leonardo hacía más de 500 años. El mesenterio continúa siendo investigado como un órgano más del cuerpo humano, para lograr establecer sus funciones y su relación con varias enfermedades.

En otra página se representan la función mecánica de la columna vertebral y sus partes, apenas estudiada o conocida en el siglo XV. En uno de los textos de la página, el genio habla de la importancia que tiene una representación visual lo más precisa posible de la columna vertebral, para que así podamos comprender cómo funciona, siendo que la explicación escrita sería insuficiente para tal fin. En la página aparece dibujada la curvatura exacta de la columna vertebral y el número exacto de sus vértebras, así como la correlación entre las tres primeras vertebras cervicales.

Descripción de la columna vertebral humana (c. 1510). Foto: © The Royal Collection Trust

También queda explicado con pequeños esquemas el equilibrio de fuerzas que actúan sobre la columna vertebral. Leonardo se equivocó únicamente en dos diminutas vértebras coccígeas, pero este error queda superado con creces al examinar el resto de la página. De hecho, las descripciones físicas de esta lámina son tan acertadas, que se podrían ser utilizadas actualmente para estudiar las estructuras óseas de la columna vertebral.

Ejemplos como estos son frecuentes en los códices de anatomía de Leonardo da Vinci. La calidad de estudios científicos como estos no volverían a verse nuevamente hasta bien entrado el siglo XVIII. Por desgracia, los registros médicos permanecieron ocultos e ignorados durante cientos de años, finalmente fueron descubiertos por la ciencia médica y analizados con detalle a partir del año 1901.


LA REVOLUCIÓN DE LA CIRUGÍA

La robótica y la ciencia médica presente en los trabajos de Leonardo da Vinci inspiraron el avance de la cirugía automatizada en la década de 1980. La primera cirugía robótica fue una biopsia cerebral realizada en 1985 por el brazo robótico PUMA 560. Uno de los dispositivos fue llamado «da Vinci», desarrollado por el instituto SRI International y producido por la corporación estadounidense Intuitive Surgical, desde el año 2000. El Sistema Quirúrgico da Vinci es controlado por un cirujano desde una consola, se usa comúnmente en prostatectomías y cada vez más para reparación de válvulas cardíacas y procedimientos quirúrgicos ginecológicos.

Incluso el cirujano más destacado está limitado por la fisiología. Por ejemplo, el tamaño de las manos no permite llegar a determinadas zonas de la operación con la máxima comodidad. La mano siempre tiembla ligeramente, lo que puede afectar la precisión del trabajo. Se puede decir que el desarrollo de la cirugía ha tocado el límite de las capacidades humanas.

Sistema quirúrgico da Vinci® Xi™. Foto: © Vanguardia Foto

El Sistema Quirúrgico da Vinci cuenta con cámaras de visión 3D, aumento de 10x, escalas de movimientos de cirujano y filtro de temblores. Esta tecnología representa un paso adelante en la cirugía, debido a que disminuye el riesgo durante las operaciones y su precisión reduce el tiempo de recuperación del paciente en el posoperatorio. Además el concepto tiene un alto potencial en el futuro de las intervenciones quirúrgicas realizadas de forma remota. Sus principales desventajas actualmente radican en el entrenamiento de los cirujanos y su alto costo que supera los $2 millones de dólares; por lo que es inaccesible para muchas instituciones médicas en el mundo. 

El director del Instituto de Diseño e Informática Tecnológica de la Academia de Ciencias de Rusia, Sergueí Sheptunov afirma que actualmente los sistemas da Vinci permanecen inactivos en varias partes del mundo, esto debido al costo de las intervenciones que no son cubiertas por los seguros. Antes de la pandemia de COVID-19, en Moscú, por citar un ejemplo, se realizaban apenas unas 400 cirugías asistidas por el Sistema Quirúrgico da Vinci al año. En total se realizan 15 millones de operaciones al año y, según sus estimaciones, se estarían realizando 3,5 millones de operaciones de manera efectiva con un robot en Rusia.

En marzo de 2022 el Instituto de Diseño e Informática Tecnológica de la Academia de Ciencias de Rusia presentó un nuevo sistema robótico totalmente digital que incluye tecnología laser, lo que permite una precisión 20 veces superior a la del sistema da Vinci y su costo es 5 veces menor. El robot que fue desarrollado por científicos bajo la dirección del académico Dmitry Pushkar, puede ayudar a reducir el costo de los procedimientos quirúrgicos que limitan enormemente el uso de la cirugía robótica.

«Una serie de indicadores que tenemos son mejores que los del robot da Vinci, pero siempre repetiré que este sistema fue el que en un momento dado se transformó en una revolución, siendo pionero de la cirugía». 

Sergueí Sheptunov,
Director del Instituto de Diseño e Informática Tecnológica de la Academia de Ciencias de Rusia
.

El dispositivo ruso tiene una precisión de 10 micras, en comparación con las 500 micras del da Vinci, posee la capacidad de conectar sistemas de inteligencia artificial, también se puede personalizar para cada cirujano en particular. Sus dimensiones permiten transportarlo sin problemas a donde se requiera una operación urgente, a diferencia del da Vinci que pesa más de una tonelada y no puede ser adquirido con facilidad.

«La cirugía asistida por robot es el mayor logro de la cirugía en toda su historia. En el futuro próximo, no habrá operaciones que no sean las asistidas por robot. ¿Por qué? Porque los pacientes no querrán ninguna otro tipo de cirugía».

Dmitry Pushkar,
Jefe del Departamento de Urología de la Facultad de Medicina y Odontología de la Universidad Estatal de Moscú
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Este proyecto continúa dependiendo del apoyo estatal y a pesar de superar con creces su homologo occidental, en múltiples aspectos claves, de momento no cuenta con la inversión necesaria para su producción y comercialización. Por otra parte, la pandemia de COVID-19 y las sanciones políticas contra Rusia, por el conflicto con Ucrania, suponen más obstáculos para continuar con esta revolución inspirada por da Vinci y tan necesaria para la humanidad.


En el Tratado de la Pintura, único documento de Leonardo en circulación antes del siglo XIX, puede leerse, entre otras cosas, lo siguiente:

“Los círculos en los troncos de los árboles cortados, muestran el número de sus años y si estos han sido más húmedos o más secos, según sea su grosor mayor o menor”

Estas líneas marcan los principios básicos de la futura dendrocronología, en el mismo escrito se describe que las plantas extienden sus raíces, en respuesta a la gravedad terrestre (geotropismo) y cambian de orientación en función de la luz del Sol (fototropismo). En otra página del mismo tratado afirma:

“La gente percibe el cielo como si fuese de color azul, pero esto es debido a la iluminación del Sol sobre partículas diminutas de humedad que hay en la atmósfera”.

Estas líneas se adelantan más de tres siglos a los descubrimientos de físicos como John Tyndall o Lord Rayleigh. La misma causa de que los objetos se vean más difusos y menos coloridos, a medida que se alejan. Para reproducir este fenómeno y lo que hoy conocemos como la profundidad de campo, Leonardo desarrolló la técnica del Sfumato, incluida en su tesis sobre pintura.

EN BUSCA DE LA MANO DEL MAESTRO

Los 15 cuadros acreditados a Leonardo da Vinci, se consideran obras de arte supremo de un valor inestimable, algo que inevitablemente resulta muy atractivo para la especulación en el lucrativo mercado del arte. La naturaleza en las composiciones de Leonardo está representada con una precisión y belleza exquisita, como resultado de sus vastos conocimientos en óptica, matemáticas, botánica, anatomía humana, arquitectura e incluso psicología, un nivel de superrealismo inexistente en casi cualquier otro cuadro del renacimiento. Esto último ayuda a que los expertos logren identificar con mayor exactitud los trazos de da Vinci en aquellas obras cuya acreditación es actualmente discutida.

Ejemplo de esto es el misterioso cuadro La Virgen de las Rocas, en el Museo del Louvre, realizado por Leonardo entre 1483 y 1490, del cual existe una segunda versión posterior en la Galería Nacional de Londres, atribuida por algunos a Leonardo. Ambas tienen la misma composición, pero son muy diferentes en los detalles y la técnica de ejecución. En este caso, la geóloga Ann C. Pizzorusso realizó un estudio detallado sobre ambos cuadros, desde una perspectiva geológica y botánica ella encontró enormes diferencias. Pizzorusso concluye que la segunda versión no pudo ser realizada por Leonardo, debido a la gran cantidad de imprecisiones geológicas, incluyendo la vegetación, representadas de forma tosca, en contraste con la fidelidad en la estructura de las formaciones rocosas que sí se puede ver en la original.

Por el contrario, el historiador de arte británico de la Universidad de Oxford, Martin Kemp, afirma que esta copia, de hecho sí fue realizada directamente por Leonardo, quien habría dejado de lado su interés naturalista para dar paso a lo sintético, aseguró Kemp, en una entrevista. Según Kemp, no hay dudas de que se trata de un trabajo inconcluso, muy habitual en Leonardo. Gran parte de los investigadores creen más probable que el autor es Giovanni Ambrogio de Predis, asistido por estudiantes bajo la dirección de Leonardo, como Marco d’Oggiono y Giovanni Boltraffio. Si bien existe la probabilidad de que Leonardo hiciera el boceto inicial, es muy difícil determinar su grado de participación de forma inequívoca.

Algo similar ocurrió con una de las 30 copias de Salvator Mundi versión Cook, también acreditada como un da Vinci original por Martin Kemp y actualmente en manos privadas, resultó ser la obra más cara de la historia, vendida en 2017 por la casa de subastas Christie’s en US$ 450 millones de dólares al Príncipe Mohamed Bin Salmán. Si bien el cuadro ha sufrido daños graves y restauraciones agresivas, a lo largo de su historia, puede decirse, basados en determinados detalles, que es la copia más fina de todas. Es mencionada por primera vez en 1524, en un inventario tras la muerte de Salai, en el que se especifica que es una copia.

Salvator Mundi versión Cook (c. 1500), yate de lujo Serene. Foto: Creative Commons

Tal acreditación ha generado gran polémica y rechazo por parte de varios expertos, como la historiadora de arte Carmen Bambach, quien argumentó que se trataba de una obra de Giovanni Boltraffio, estudiante del taller de Leonardo. En 2021, en un polémico documental, transmitido por France 5, se afirma que el Príncipe Mohamed bin Salmán supuestamente habría presionado al director del Museo del Louvre, para que este respaldara la «falsa acreditación» de Salvator Mundi, exhibiendo el cuadro junto a la Mona Lisa en 2019, la petición habría sido rechazada directamente por Presidente de Francia Emmanuel Macron, a fin de hacer prevalecer la credibilidad de Francia, afirma una fuente cercana al gobierno galo. Irónicamente, poco tiempo después de la venta, Kemp decidió degradar el cuadro de Madonna Litta, perteneciente al Museo del Hermitage de San Petersburgo.

Visitantes contemplan el cuadro de la Virgen con el Niño, «Madonna Litta», 14 de diciembre de 2006, Museo del Hermitage, San Petersburgo, Federación Rusa. Foto: © Renaud Visages

La Federación Rusa ocupa el segundo lugar en el mundo con más tesoros artísticos de Leonardo da Vinci, después de Francia. El Louvre posee 5 cuadros, mientras que los museos en Florencia, Múnich, Cracovia, Londres y Washington poseen solo uno. La Madonna Litta fue realizada en el taller de Leonardo una vez establecido, su nombre tiene el apellido de sus antiguos propietarios y ha sido reconocida como una obra de Leonardo durante varias generaciones.

En 1966, los directores de cine soviético Pável Kogan y Serguéi Soloviov filmaron un documental de 10 minutos, titulado «Miren la cara«. Con una cámara escondida detrás del cuadro de Madonna Litta, registraron cómo cambiaban las expresiones en los rostros de las personas al ver la pintura.

Madonna Litta (1490), Museo del Hermitage, San Petersburgo, Federación Rusa. Foto: Creative Commons

La segunda obra de Leonardo da Vinci en el Hermitage es uno de sus primeros trabajos, tras abandonar el taller de su maestro Andrea del Verrocchio. Es posible que la Madonna Benois sea literalmente el primer trabajo independiente de Leonardo y marca su inicio en la nueva técnica de la pintura al óleo, que era una novedad en aquel tiempo. Llegó al museo del Hermitage casi 50 anos después que La Madonna Litta, se llama la Virgen con el niño y flores o Madonna Benois. Es una de las dos vírgenes con niño que Leonardo comenzó en octubre de 1478, como él mismo señaló, la otra es la Virgen del clavel en Múnich.Madonna Benois (1478), Museo del Hermitage, San Petersburgo, Federación Rusa. Foto: Creative Commons

Nadie duda de la autoría de Leonardo en el caso de la Madonna Benois, mientras tanto en torno a la Madonna Litta se ha generado un polémico debate con los expertos occidentales. Si bien, Kemp afirma categóricamente que la copia de la Virgen de las Rocas es autógrafa de Leonardo, su opinión es diametralmente opuesta en el caso de la Madonna Litta, proveniente del propio taller del maestro italiano. Kemp niega cualquier relación del cuadro con Leonardo da Vinci, a pesar de los evidentes estudios preparatorios realizados por Leonardo y las diferentes copias que existen del cuadro.

La Mona Lisa, su obra más conocida y probablemente la pintura más famosa del mundo, está asegurada por un equivalente aproximado a los US$ 850 millones de dólares (2019). Los estudios químicos, de rayos-x y de radiación gama, realizados a los cuadros de Leonardo, demuestran que son muy frágiles, por lo tanto la restauración de obras, como podría ser el caso de la Mona Lisa u otros cuadros, conlleva muchos más riesgos que beneficios. Una particularidad en la mayoría de copias tempranas de la Mona Lisa es que, a diferencias de otras copias leonardescas, el paisaje en el fondo apenas fue modificado. Entre estas copias destacan una copia del siglo XV en Museo del Prado en Madrid, una del siglo XVI en la colección suiza del Dr. Carl Müller, una en el Hermitage, adquirida durante la época soviética y otra copia en la colección Reynolds.

La Mona Lisa (1503-1519), Museo de Louvre, París, Francia. Foto: Creative Commons

Durante algún tiempo se especuló que la original era más amplia y pudo ser cortada de los lados. La teoría controversial fue motivada por las copias, como una que muestra parte de las columnas laterales, pero una investigación de 2004 realizada por 39 diferentes especialistas demostró que no hubo tales cortes. Estos resultados plantearon nuevas preguntas y reforzaron la teoría sobre una probable versión anterior de la Mona Lisa, realizada por Leonardo. La buena conservación de estas copias y la calidad de algunos detalles que se repiten en ellas, podría ser una evidencia de las limpiezas agresivas y la destrucción de trazos muy delicados que sufrió la versión original.

A la izquierda una reconstrucción digital, basada en detalles que se repiten en las copias, a la derecha la misma área actual en el cuadro original, lo que podría evidenciar el grado de daño. Foto: Revista Sputnik

Leonardo comenzó a pintarla en 1503, pero no terminó el retrato. Desde entonces lo llevó consigo a donde iba y siguió trabajando en el hasta sus últimos días. Se cree que la mujer de la pintura era Lisa Gherardini, la esposa del comerciante florentino Francesco del Giocondo, por eso la obra también se tituló «La Gioconda». Algunos críticos consideran que su fama es completamente inmerecida, apareció en diarios de todo el mundo tras ser robada del Museo de Louvre en 1911 y permaneció perdida durante dos años.

En 1974, el Museo Pushkin de Bellas Artes exhibió a la Mona Lisa: llegó a Moscú en ruta desde Japón y permaneció en la Unión Soviética durante dos meses completos. La gente hacía fila hasta por 15 horas “en bancos improvisados, con sándwiches y termos, algunos leyendo y otros dormitando, para ver a la Mona Lisa durante 15 segundos, que era el tiempo asignado”, escribió Ogonyok sobre la exhibición..

Ciudadanos soviéticos hacen cola en el Museo Pushkin de Bellas Artes, para ver de cerca a la Mona Lisa. Moscú, Unión Soviética, 13 de junio de 1974. Foto: © Alexander Konkov, Valentin Cheredintsev/TASS.

La cantidad de reproducciones que ha tenido desde entonces está al nivel de la fotografía del Ché Guevara, de Alberto Korda. «Ni siquiera es el mejor cuadro del mundo», o «su composición es sencilla» dice el artista crítico de arte español Antonio García Villarán. Lo cierto es que el cuadro, así como otras obras de Leonardo da Vinci copiadas desde el siglo XV por los leonardeschi; continúa despertando interés y fascinación en el mundo de la cultura, el arte y la ciencia, mucho más allá de sus miles de visitantes al año.

El escritor francés Joséphin Peladan, que estudió personalmente los manuscritos de Leonardo da Vinci nos intenta describir, según su perspectiva, «lo que piensa la Mona Lisa», de la siguiente manera:

“Tengo el conocimiento de todas las cosas, estoy llena de paz y sin deseo alguno, pero mi misión consiste en la multiplicación del deseo, porque mi misterio lo provoca, porque se despierta en todo aquél que me contempla.

Soy el sonriente emblema de da Vinci, la expresión de su alma intranquila, viendo hacia las grandes alturas y hacia las grandes profundidades.

Soy la que no ama, porque soy la que piensa, la única mujer en el arte que aunque hermosa; no atrae los besos.

No tengo nada que aportar a la pasión, pero si se me acerca la inteligencia, se reflejará en el prisma de mí rostro; como un espejo multicolor.

Ayudaré a algunas personas a encontrarse a sí mismas y los que reciban de mí el beso del alma, podrán decir que los he amado por la voluntad de da Vinci. Él, que me ha creado para demostrar que existen los deseos en la mente, porque esa es mi expresión, la que me hace amar, pero la que niega el amor si no es que viene del pensamiento”.

Joséphin Peladan,
El Idealismo y la Mística del Arte (1895).


EL NACIMIENTO DEL HELICÓPTERO

Una de las grandes fascinaciones científicas de Leonardo fue comprender el vuelo de las aves, resultando en ideas de ingeniería que plasmó detalladamente en sus cuadernos. Si bien, estos conceptos no se ajustan con exactitud a todos los criterios del vuelo moderno, se comprobó que varios de ellos, de hecho, sí funcionaban y técnicamente son los precursores de la ingeniería aeroespacial moderna. Entre los numerosos diseños de naves voladoras destaca el que Leonardo llamó helix pteron o «tornillo aéreo» (ca. 1483-1487) y el «ornitóptero» de 1490. El «tornillo aéreo» de Leonardo da Vinci (1483-1487). Considerado el primer prototipo de un helicóptero en la historia de la aviación. Foto: Wikimedia Commons

El impresionante diagrama del «tornillo aéreo» muestra una hélice doble, construida con caña, lino y alambre de hierro, que gira alrededor de un eje único. Actualmente este es un concepto de ingeniería aeroespacial moderna que conocemos como esquema coaxial o esquema de doble tornillo. A primera vista imaginamos que este dispositivo, en teoría operado por cuatro personas; no conseguirá elevarse del suelo, pero el objetivo de Leonardo da Vinci no es otro que estudiar el vuelo de la hélice, algo que, en efecto, sí hicieron varios pioneros del vuelo luego de ver este dibujo.

Cuatro siglos más tarde en la Rusia Imperial, el pequeño Ígor Sikorsky, de 11 años de edad recibió varias reproducciones de estos dibujos como obsequió su madre Zinaída, quien le contaba a su hijo cómo Leonardo había realizado diversos diseños de máquinas voladoras. Sikorsky quedó particularmente fascinado con el dibujo del «tornillo aéreo», tanto que decidió intentar reproducir un modelo a pequeña escala y desde entonces quedó obsesionado con la idea de Leonardo.

En 1909, a la edad de 20 años, luego de varios intentos fallidos, Sikorsky logró volar durante 20 segundos y aunque tuvo una gran cantidad de fallos no se desanimó. Así logró desarrollar el prototipo Sikorsky VS-300, de un solo motor de 75 caballos de fuerza y un rotor trasero con inclinación variable de la hélice para así controlar la dirección. El prototipo inició su producción en 1942 y fue utilizado exclusivamente por la Fuerza Aérea de Estados Unidos.

Prototipo VS-300 de Sikorsky, durante su vuelo inaugural controlado en Stratford, Estados Unidos, 14 de septiembre de 1939. © Sikosrky Archive.

Al volar y maniobrar a baja altitud, el desarrollo del helicóptero abría un amplio número de aplicaciones tanto en el ámbito civil como en el militar. Luego de varios avances como el de Sikorsky y otros pioneros a nivel mundial, el ingeniero soviético Nikolái Kámov asumió el liderazgo en el desarrollo del helicóptero, pero esta vez volviendo al esquema coaxial. Kámov comprendió cómo este principio, planteado por Leonardo, hacía más de 450 años, resultaba en un helicóptero mucho más estable y más efectivo que todos los demás modelos que habían sido producidos hasta el momento.

Mijaíl Gurov pilota el prototipo Kámov Ka-8 Irkutiánin. Foto: © RIA Novosti.

En 1948 la Fábrica de Helicópteros Mil de Moscú, dirigida por el ingeniero Mijaíl Mil, inició la producción en serie del Mil Mi-1, el primer helicóptero multipropósito fabricado en la Unión Soviética, basado en el mismo concepto de Sikorsky.

En 1952 todos los fabricantes internacionales de helicópteros se vieron superados por el Mil-Mi4. El concepto de la hélice única dominó la industria de los helicópteros, tanto en la URSS como a nivel internacional, sin embargo el concepto original de la doble hélice quedó exclusivamente en manos de la industria soviética y rusa.

Helicóptero civil Kámov Ka-32 A12 para transporte y rescate, operado por la empresa suiza Heliswiss International. © Heliswiss

Kámov preparó en un tiempo récord el prototipo de helicóptero de doble hélice Kamov Ka-8, que por su estabilidad y maniobravilidad en vuelo hacía innecesario un rotor en la cola. Cuando realizó el primer vuelo de prueba, el 20 de diciembre de 1947, resultó ser muy potente y consumir menos combustible que los prototipos de Sikorsky.

Helicópteros militares Kámov Ka-50 de ataque, operados por la Fuerza Aérea de Rusia. Creative Commons

Véase: Ka-52: El ataque del ‘aligator’. La confiabilidad de los helicópteros, basados en el esquema coaxial es tal que pueden aterrizar con seguridad incluso si sus dos motores resultan dañados. Es así como una idea concebida en los finales del siglo IV por Leonardo da Vinci, impacta en la ingeniería de la actualidad.


Leonardo basó todos sus descubrimientos en la observación precisa de las cosas, además del problema del vuelo, fue la primera persona en contemplar la solución de diversos interrogantes mediante conceptos que se utilizan actualmente.

Leonardo da Vinci partió a Francia en 1516, invitado por el rey Francisco I y ahí murió el 2 de mayo de 1519, tenía 67 años. Su deseo insaciable por el conocimiento de todas las cosas lo acompañó hasta el último día de su vida. En sus memorias Leonardo da Vinci se describe a si mismo como un iletrado y se pregunta: «¿acaso alguna de las cosas que hice realmente valió la pena?», al tiempo que cuestiona la calidad de sus múltiples estudios y trabajos realizados.

Castillo de Clos-Lucé en Amboise, Francia, donde Leonardo da Vinci pasó los últimos tres años de su vida. Château du Clos Lucé

De todos sus magistrales ensayos académicos, únicamente el «Tratado de la Pintura» vio la luz en 1651, publicado por su discípulo Francesco Melzi. Desgraciadamente, casi la mitad de las páginas escritas por Leonardo da Vinci fueron destruidas o se perdieron en el tiempo. Hoy en día solo se tiene registro de 7.000 páginas, divididas en 10 volúmenes o códices: el Códice Windsor, el Códice Atlántico, el Códice Trivulziano, el Códice del Vuelo de los Pájaros, el Códice Leicester, los Manuscritos de París, el Códice Arundel, el Códice Forster, el Códice Ashburnham y el Códice Urbinas.

 

Referencias:

 

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